martes, 2 de octubre de 2012

De Diosas a brujas de cuento la construcción de la feminidad





De Diosas a brujas de cuento, la construcción de la feminidad





















¿Dónde comienza la historia para las mujeres? ¿Que era de nosotras cuando no habíamos incursionado de lleno en el mundo laboral remunerado?…
Tal vez se pueda pensar que la respuesta a estas preguntas es muy sencilla, pues siempre se ha dicho que la historia de la mujer se ha desarrollado paralela a la del hombre pero desde el hogar. La historia de las mujeres ha sido muy diferente de cómo no la han contado por eso hacemos un recorrido por algunos de los hechos que hicieron que en la construcción de la feminidad pasáramos de ser Diosas a ser “brujas de cuento”.¿En donde inicia la historia?
Actualmente es común escuchar sobre el patriarcado como una forma de estructura social, donde los hombres pretenden ejercer supremacía sobre las mujeres por medio del control y la violencia; sin embargo esta forma de dominio no siempre ha estado instaurada en la sociedad, hace miles de años en el mundo las sociedades eran dirigidas por medio de matriarcados en los cuales las mujeres ocupaban una posición de autoridad en las diversas esferas de la vida social.
Sin embargo la figura femenina no era solo sinónimo de poder, sino que también se entendía a la mujer y a todo lo femenino como sagrado, la sabiduría, la fortaleza y la inteligencia eran cualidades que también se les reconocía a la misma.
En esos tiempos era la Diosa, la gran madre la que había dado cabida a todo lo que existía y comúnmente era representada como la madre tierra.
En el matriarcado se veneraba la vida, la capacidad de crear, es por este motivo que la figura femenina era idealizada, pues era la mujer quien tenía en su cuerpo la posibilidad de dar vida a otros.
¿Cuando nos volvemos brujas?
La historia de las mujeres cambia 5.000 años atrás cuando se constituye la sociedad patriarcal como estructura social dominante, ya que la mujer y todo lo que esta representaba fue minimizado por los hombres para que no representara ninguna amenaza.
De esta manera todas las cualidades positivas que poseemos las mujeres fueron cambiadas por aspectos negativos, entonces las mujeres dejamos de ser diosas para convertirnos en las “brujas del cuento”.
La construcción de la feminidad se baso entonces en lo que los hombres necesitaban que “fuera” una mujer, una esposa, una virgen, una prostituta o una bruja.
Cada cualidad y virtud de la mujer fue satanizada por los hombres hasta llegar a justificar su necesidad de control de manera, que las mujeres sabías, inteligentes y experimentadas fueron quemadas en la hoguera.
Desde entonces ser mujer significa para muchos la capacidad de procrear para adquirir la obligación de servir a los otros dejando de lado los propios deseos, intereses y sentimientos.
Tiempos de cambio
Pero no todo es tan desalentador para nosotras, pues vivimos tiempos de cambio y al parecer hay un renacimiento de lo femenino, de los tiempos de la Diosa.
Gracias a la lucha de miles de mujeres, jóvenes, niñas y ancianas, ser mujer esta tomando un nuevo significado, volvemos a ser vistas y reconocidas por nuestra fortaleza, sabiduría y sobre todo por nuestra capacidad de crear.
Ser mujer es un privilegió y se debería vivir como tal por eso es importante recordar que la lucha por un cambio no debe ser entendido como una lucha del género femenino sino como una lucha social, si bien vamos por buen camino todavía queda mucho trabajo por hacer, debemos hacer un esfuerzo conjunto por reeducar a nuestra sociedad y hacer ver a los y las demás que la convivencia social no se limita a si hombres o mujeres tienen el poder sino que la convivencia social se fundamenta en el respeto mutuo.
Autor: Lic.Verónica Fernández Quesada
vfernandezquesada@yahoo.com

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