sábado, 15 de septiembre de 2012

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LA LIMPIEZA Y LA PURIFICACION ENERGETICA


LA SUCIEDAD QUE NO SE VE

Las enseñanzas y técnicas de feng-shui tienen el propósito básico de lograr el flujo armonioso y equilibrado de la energía en los entornos. Pero este arte no trata de los lugares por sí solos, sino también de las personas y de cómo ellas se relacionan con un espacio.

A veces, nos encontramos en lugares donde apenas pasan cinco minutos, comienza a invadirnos una extraña sensación de incomodidad, desagrado, debilidad, nerviosismo, angustia o desesperación, que nos impulsa a retirarnos de allí lo antes posible. Estas sensaciones negativas que nos invaden en un lugar al poco tiempo de permanecer en él, aunque, a veces, no las sabemos explicar o definir, las reconocemos claramente como ajenas a nuestras emociones personales y las distinguimos como provenientes del entorno. Aunque no
sabemos precisar el origen de estas sensaciones, nuestra mente y nuestro campo energético nos están dando una información de lo que a simple vista no se puede ver, pero sí se siente, ya que entre los seres animados o inanimados se produce constantemente un intercambio energético, y que nos alerta del peligro de la perturbación. Algunas personas intentan describir las sensaciones que perciben en estos lugares donde se sienten perturbados energéticamente, como lugares donde hay malas vibraciones o energías muy densas.

Vivimos rodeados de un mar de vibraciones con el que interaccionamos permanentemente, ya que el cuerpo humano es también un sistema energético que está captando constantemente todas las energías cósmicas, telúricas y del medio, al tiempo que emite sus propias emanaciones energéticas físicas, mentales, emocionales y áuricas.Un desequilibrio de la estructura, un bloqueo energético provocado por los muebles, la decoración, el uso incorrecto de los colores, las formas inarmónicas o las malas condiciones de salubridad de una vivienda o local pueden ser fácilmente identificables, con las explicaciones de feng-shui que se han dado hasta ahora; pero hay otro tipo de perturbaciones que afectan al bienestar de las personas,
que no son tan visibles como éstas. Y al margen de las perturbaciones derivadas de las corrientes telúricas y el electromagnetismo, que pueden ser medibles, y a las que ya se ha hecho referencia, en los entornos existen otro tipo de energías distorsionadoras, que aunque no pasan desapercibidas para nuestro campo energético y emocional, son raramente perceptibles por los sentidos físicos.Estas energías perturbadoras que se escapan a la vista, pero que nos provocan una impresión desagradable provienen de las impregnaciones que quedan en el entorno, producidas por los malos pensamientos, las emociones negativas, las palabras hirientes y dañinas, el sufrimiento de los seres que viven o han vivido el lugar, y las malas influencias que sobre el lugar ejercen otras personas o entidades. Este tipo de sha chi genera una disminución de la vibración energética del lugar, y se convierte en una perturbación debilitadora y nociva, que nos lleva a experimentar esas sensaciones desagradables y negativas, que podemos sentir aunque nos resulte difícil de explicar, definir o de comprender su procedencia.

Al tratar el tema de la detección de los campos telúricos, se dieron explicaciones acerca del biómetro Bovis, y se comentó que la medida vital para que la vida prospere de forma óptima, con arreglo a este barómetro oscila entre 6.000 y 7.000 unidades bovis. Cuando un lugar tiene una vibración por debajo de 6.000 unidades bovis nos provoca un debilitamiento, porque por resonancia vibratoria la frecuencia de las personas que permanecen en esos lugares baja a esa frecuencia. Cuanto más baja sea la vibración de un lugar más incómodo nos resultará, y cuanto más tiempo permanezcamos en él más nos perjudicará. Por esta razón, cuando las impregnaciones de un lugar son muy nocivas o muy abundantes, nuestro instinto de supervivencia hace saltar la alarma y nos apremia a abandonar un lugar que no es favorable para nuestros procesos vitales.

El cuerpo humano es un sistema energético, que está captando constantemente todas las energías cósmicas, telúricas y del medio, al tiempo que libera sus propias emanaciones energéticas. Las enseñanzas y técnicas de feng-shui tienen el propósito básico de lograr el flujo armonioso y equilibrado de la energía en los entornos, para lograr que resulten favorables y beneficiosos para sus residentes.

Es importante revisar el feng-shui de los lugares en los que permanecemos largos períodos de tiempo, neutralizando o minimizando las fuerzas perturbadoras y aprovechando las que pueden actuar en nuestro beneficio, para crear una atmósfera que realmente nos ayude a proyectarnos mejor, a sentirnos en armonía con nosotros mismos y el entorno.

A veces entramos en un lugar donde la tensión está en el aire o se puede percibir la agresividad en el ambiente; esto es debido a que los acontecimientos, las palabras, los gestos, las emociones y los pensamientos son formas de energía, y las vibraciones de esta energía impregnan el ambiente. Es lógico pensar que de estas emisiones energéticas quedan remanentes, se adhieren a las paredes, suelos, muebles y objetos del lugar donde se han emitido. De modo que los espacios y los objetos contienen rastros de la energía de los acontecimientos, pensamientos y emociones que han tenido lugar en ellos o con relación a ellos, a modo de memoria energética. Porque el intercambio energético es bidireccional, los entornos nos afectan y nosotros afectamos a los entornos. Por lo tanto, es conveniente eliminar las vibraciones desequilibradas o negativas que se han emitido en un lugar, en un momento dado, para que no queden rastros de ellas en nuestra interacción con el medio. De igual modo que sacamos la basura material que se produce en la casa, pues su acumulación resultaría insalubre, es conveniente sacar la basura energética que producimos debido a nuestras tensiones y sufrimientos, pues su acumulación resulta muy perturbadora para nuestra salud física, mental y emocional. La basura energética también puede llegar del exterior, a través de la influencia de otras personas o entidades, como ocurre con la basura material, que traemos de la calle, introducen las visitas o que generan los ácaros y otros organismos. Si no se limpiara periódicamente una casa, la suciedad acabaría por invadir todos los espacios y contenidos de la casa hasta resultar insalubre e incómoda. Esto mismo ocurre con la suciedad energética si no se limpia; incluso cuando una casa permanece cerrada mucho tiempo sin actividad, también se genera suciedad material, y es preciso ventilarla y limpiarla antes de habitarla. Lo mismo ocurre a nivel energético, por lo que procede realizar una limpieza energética para que no nos perjudique la suciedad que pudiera haberse generado en la casa.

Las enseñanzas y técnicas de feng-shui tienen el propósito básico de lograr el flujo armonioso y equilibrado de la energía en los entornos, en todos sus aspectos, incluido las interacciones de las personas con el entorno. Por lo tanto, el feng-shui debe ser visto como una herramienta de canalización energética para lograr, a partir de las intenciones reales de cambio y de los pensamientos positivos de los residentes, ambientes armónicos y equilibrados que favorezcan el bienestar deseado y el logro de sus aspiraciones.

LA LIMPIEZA ENERGETICA

En todas las culturas se pueden encontrar diversos métodos de limpieza y purificación energética de los lugares y las personas. Estos métodos tratan de eliminar y prevenir las vibraciones desequilibradas, perturbadoras o negativas que impregnan los entornos, los objetos y los campos áuricos personales. En el feng-shui más tradicional se utilizan métodos, rituales y ceremonias procedentes de la religión derivada del taoísmo y del folclore chino.

En el feng-shui de la secta de los Gorros Negros también se utilizan curas místicas del entorno, denominadas yi y tratan de incrementar y mejorar el chi de un lugar, en los aspectos que están detrás de lo físico, por medio de la armonización y reforzamiento del estado energético de las personas y la meditación. El yi es una parte intangible del feng-shui que está relacionada con la mente y con aquellas sensaciones que están detrás de nuestras reacciones con respecto al entorno. El yi provee una cura espiritual, es decir, una  transformación de la energía negativa en positiva en cualquier lugar o persona. El yi es un aspecto muy poderoso e ineludible del feng-shui perteneciente a la secta de los Gorros Negros, que ha difundido Li Yun, maestro en la meditación.

 El yi se utiliza como un refuerzo cuando se hacen curas de feng-shui, introduciendo métodos dé pensamiento positivo mientras se realiza la cura. También se emplea cuando una cura de feng-shui no puede hacerse materialmente, entonces se utilizan técnicas yi para resolver o ajustar los desequilibrios de un modo
metafísico. El yi utiliza en muchos casos la astrología, los sueños, el 1 ching, las prácticas de meditación y las bendiciones para lograr una mayor comprensión de los sucesos de nuestra vida y para atraer el equilibrio. El yi es una forma de curación por la fe, del poder que tiene en lo que creemos y, por lo tanto, la intención que se persigue con ellas. La motivación de la persona que la lleva a acabo cobra una gran relevancia en los efectos que se persiguen. De acuerdo con la secta de los Gorros Negros, el yi es una invitación para que las fuerzas naturales positivas entren en la casa o en el negocio. Dado que en nuestra cultura contamos con una gran abundancia de métodos de limpieza y purificación de lugares y personas, y que algunos métodos yi requieren de la intervención de un experto meditador o de prácticas meditativas de la tradición budista, o resultan muy complejas, a continuación se exponen algunos de los métodos más sencillos y fáciles de aplicar procedentes de nuestra propia tradición cultural o compatibles con ella. No obstante, es interesante tener en cuenta el significado del yi, la trascendencia de las prácticas místicas, para incorporarlas a la luz de nuestras propias técnicas de pensamiento positivo y de nuestras propias prácticas espirituales.

Tener en cuenta la historia de la casa

Los chinos tienen muy en cuenta la historia de una casa antes de trasladarse a ella e intentan informarse acerca de la vida de los
anteriores residentes. Creen que su destino se verá afectado por la casa, igual que afectó a los residentes anteriores, y tratan de ponerse en su piel, ya que en el transcurso de dos o tres años creen que la casa les habrá afectado al punto de adoptar hábitos similares y repetir su fortuna o desgracia. Cuando van a comprar una casa tienen en cuenta el tipo de sufrimiento o penalidades que han vivido los anteriores residentes -si ha habido divorcios, problemas legales, de salud, económicos...- e intentan adquirir una en la que los anteriores residentes hayan sido prósperos y felices. En muchos casos, desconfían de las casas «chollo» porque imaginan que algo terrible ha debido ocurrir allí, para que su precio esté devaluado.

Claro que el entorno no es la causa de todos nuestros males, ya que en la gestación de nuestros padecimientos hay otros muchos factores implicados, pero al menos con esta práctica informativa y de observación se pueden evitar algunas influencias que no nos son favorables. La historia de la casa es algo a tener en cuenta, sobre todo en cuanto a las incidencias que hayan podido tener en los anteriores residentes, por sus desequilibrios estructurales o debido a la nocividad de las corrientes telúricas; otros aspectos son más fácilmente resolubles o neutralizables.

El estreno de una casa

Antes de establecernos en una nueva casa es conveniente pintarla y realizar una limpieza no sólo física o material sino también
energética. Después puede resultar muy interesante realizar algún ritual místico o pagano para bendecirla o celebrarla antes de ocuparla. Las ceremonias de bendición abundan en todas las religiones y tradiciones espirituales, así como en las culturas y el folclore.

Por ejemplo, cuando en Hong Kong se va abrir un negocio o una nueva oficina se realizan las tradicionales danzas de leones a fin de consagrar los lugares. Otro ejemplo son las ceremonias de inauguración de muchos edificios públicos occidentales, en los que se corta un lazo ceremonial atado en el umbral de la construcción.

Puesto que la casa que vamos a ocupar o el local donde vamos a establecer nuestro negocio es algo vivo, con el que interaccionaremos íntimamente, resulta interesante y conveniente comenzar la relación con la alegría que expresa una festividad o una celebración y honrarla y protegerla con algún tipo de bendición. Además el feng-shui recomienda estrenar una cama o unas sábanas, para tener un comienzo fresco, tanto al entrar a vivir en una nueva casa como al ocupar una nueva habitación.

La limpieza energética

Cuando se precisa hacer una limpieza energética profunda en la casa o local, se puede acudir a un profesional para que la lleve acabo, al igual que procedemos en el caso de que la casa o local necesite de una limpieza e higienización general y a fondo en la esfera de lo material, o podemos llevarla a cabo nosotros mismos. A continuación encontrará las instrucciones necesarias para poder ocuparse de la
limpieza energética de su entorno y de su campo energético personal. La tradición esotérica dice que los mejores días para hacer rituales hogareños de limpieza o de protección, y para encender velas de petición o en beneficio de otros, son los martes, jueves y sábados. En cualquier caso desaconseja realizar estas actividades en domingo. El domingo es un día sagrado en el cual no deberíamos realizar trabajos de ningún tipo. Es el día del descanso, y para los creyentes el día del Señor.

Otra cosa que dice la tradición es que a la hora de hacer una limpieza energética es importante llevar la cabeza cubierta con un pañuelo.

Algunas personas, entendidas en la materia, incluso recomiendan poner unas gotas de agua de colonia en el pañuelo, a fin de proteger a la persona que realiza la limpieza. Esto no tiene nada de extraño, pues cuando procedemos a realizar una limpieza a fondo en el plano físico y material de una casa, si no queremos resultar manchados también debemos cubrirnos la cabeza. En realidad, cuando emprendemos la limpieza física de una casa que ha estado cerrada mucho tiempo o hace mucho que no se limpia, procuramos ponernos una ropa especial y usar guantes para no destrozar nuestra ropa habitual y mancharnos lo menos posible. Al finalizar la tarea procedemos a ducharnos o a bañarnos para refrescarnos y eliminar cualquier suciedad que haya podido filtrarse. Pues de este mismo modo se debe proceder al realizar una limpieza energética, para simbolizar que nos protegemos de la suciedad invisible que no podríamos ver cómo nos ensucia. Del mismo modo que los profesionales de la limpieza se ponen un mono o una bata para llevar a cabo su trabajo,
algunas personas expertas en temas de energías sutiles utilizan túnicas blancas para llevar a cabo las limpiezas. Pero, en realidad, puede ser suficiente ponerse guantes, de cualquier tipo, aunque los desechables resultan muy apropiados para esta labor, un pañuelo blanco en la cabeza y unos calcetines blancos de algodón. Con respecto al resto de la vestimenta lo más importante es quitarse el atuendo una vez completada la limpieza energética y echarlo a lavar. Y del mismo modo que nos aseamos después de hacer la limpieza física de un lugar, también es vital concedernos una ducha o baño personal a este nivel energético.

Antes de proceder a la limpieza energética propiamente dicha, será necesario realizar una limpieza material al modo que acostumbre. A la hora de hacer una limpieza energética es importante tener en cuenta que debe hacerse de dentro hacia fuera, es decir del fondo de la casa hacia la parte más exterior. Que al iniciar una limpieza tanto las de tipo físico como las energéticas, es conveniente que haya, al menos durante los primeros momentos, música fuerte de tambores o cualquier otro ruido, porque el ruido es energía de trueno que se relaciona con el movimiento y los nuevos comienzos. Resulta muy auspicioso que durante la limpieza energética suenen cantos gregorianos o música sacra, así como cantar o poner música durante cualquier tipo de limpieza física. También conviene, al inicio de una limpieza energética, encender una vela blanca, ya que representa la energía de fuego y ésta está asociada a la energía de la iluminación y la luz interior. La vela deberá colocarse en un lugar seguro pues conviene que se consuma por entero una vez prendida.

La limpieza energética de un lugar no se considera acabada hasta que el lugar haya quedado completamente ventilado, por lo que tras llevar a cabo cualquier ritual de limpieza debe procederse a abrir las puertas y ventanas y dejar pasar un período de tiempo razonable para que haya sido aireado. En este sentido, es mejor realizar las limpiezas por la mañana para que pueda entrar el sol junto con el aire, una vez acabada la tarea. También es conveniente quedarse fuera de la casa durante este período de ventilación. Por último, hay que tener en cuenta a la hora de realizar una limpieza energética el propósito que se persigue, la intención y la motivación que hay detrás de nuestros actos, e incluso según las creencias de cada uno puede acompañarse la limpieza con oraciones, mantras o afirmaciones.




Las limpiezas energéticas se aplican de forma general al global de una casa en el continente y en el contenido y las parciales se aplican a las habitaciones o a determinados objetos. Es conveniente hacer limpiezas profundas, al entrar en una casa nueva y después de hacer obras, o cuando por los sucesos acontecidos en la casa se crea conveniente. Las limpiezas de mantenimiento de toda la casa o de partes de ella o de objetos y muebles se pueden realizar cuando se introduzcan objetos nuevos o cuando se crea conveniente, pero se recomienda hacer al menos una limpieza de mantenimiento al año e idealmente una al comienzo de cada estación.

La Limpieza Profunda

Una limpieza energética global o profunda requiere una purificación de suelos, paredes, techos y objetos contenidos. Para los suelos se pueden utilizar fórmulas para aplicar con trapos, que deberán a su vez ser aclarados una vez efectuada la limpieza, igual que ocurre con una limpieza física. Y para las paredes, techos y objetos se pueden utilizar pulverizadores o humos.
La fórmula de limpieza con trapos

Se hierve en varios litros de agua un limón troceado al que no se le ha quitado la piel junto con tres o siete tazas de raíz de ruda seca.
Se cuela y se vierte en un cubo, al que se agrega un litro de vinagre blanco. El agua es un elemento purificador por excelencia, el más simple y vital de todos y constituye el principal componente de cualquier fórmula de limpieza energética de personas o ambientes.
 La raíz de ruda es utilizada en casi todas las fórmulas de limpieza y protección tradicionales, pues se le atribuyen poderosos efectos contra las malas vibraciones.
El vinagre es un elemento purificador que tradicionalmente se ha empleado para realizar las limpiezas de las
iglesias.
Los cítricos, en general, se destacan por sus capacidades para absorber la negatividad y la suciedad energética.
Para realizar la limpieza de suelos, se necesitan tres trapos grandes y un palo. Puede servir el de una escoba, fregona o mopa. Una vez que el líquido del cubo, resultado de la mezcla de agua, vinagre, jugo de ruda y limón, quede frío, se puede empezar la limpieza.
Primero,
se sumergen en el cubo los tres trapos grandes y se retiran muy bien embebecidos. Entonces se coge el primer trapo y se va pasando por el suelo, los marcos y los zócalos de la casa desde el fondo hasta la puerta. No hace falta restregar, basta con pasarles el trapo, pero el trapo es de un solo uso, es decir que no debe ser sumergido una segunda vez en el cubo. Cuando se crea conveniente se utilizará el
segundo y el tercer trapo, pero en ningún caso un trapo debe remojarse de nuevo. Tampoco conviene volver hacia atrás en el tramo por donde ya se ha pasado el trapo, es decir retroceder. El palo es para enganchar los trapos y levantarlos del suelo una vez acabada la
limpieza. Entonces se procede a colocarlos en un fregadero o lavabo vacío con la ayuda del palo. Sobre los trapos se vertirá el líquido sobrante del cubo y después se deja correr sobre ellos agua del grifo durante un rato, para desinfectarlos.

La limpieza con pulverizador

La fórmula expuesta para la limpieza con trapos también puede ser aplicada con un pulverizador en las paredes, los muebles y los objetos de la casa. Pero cuando no se precisa tanta cantidad de líquido o si resulta más cómodo se puede utilizar un agua de limpieza compuesta por cítricos.
Para hacer el agua de limpieza hay que poner en un tazón grande agua hirviendo a la que se agregan nueve peladuras de limón, naranja o lima, y un poco del jugo de la pulpa exprimida. Una vez frío, se retiran las peladuras y se vierte en un pulverizador con el que se rociarán las superficies que se deseen limpiar. Si resulta muy complicado hacer la limpieza de los trapos, por lo general, puede ser suficiente llevarla a acabo con el pulverizador y el humo de la quema de algún incienso purificador o de una combinación de hierbas de limpieza energética.

La limpieza con humo

El humo proveniente de la quema de inciensos específicos para la limpieza energética y de mezclas de yerbas para purificar y proteger, pueden limpiar hasta los techos de un espacio. Para realizar una limpieza con humo, todas las ventanas y puertas exteriores del lugar a limpiar deberán permanecer cerradas, mientras que deberán abrirse todas las puertas interiores, incluidos armarios, cajones, baúles...

Para quemar el incienso o las yerbas se necesita un carboncillo, que se cogerá con una pinza metálica o las puntas de una tüera para prenderlo con la llama del fogón de la cocina o con cerillas; y un recipiente para colocar el carboncillo una vez encendido. Este recipiente debe ser resistente al calor extremo, que van a liberar los carbones prendidos y preferentemente tener un asa o agarradera, que nos permita llevarlo en el recorrido de la casa sin quemarnos. Aunque a veces se utilizan recipientes o incensarios de bronce, el metal y el fuego son elementos antagónicos, por lo que según el feng-shui siempre que se use el fuego será más propicio utilizar materiales asociados al elemento tierra. Siguiendo, pues, la teoría de los cinco elementos, el recipiente usado para generar el humo de una limpieza es preferible que sea de barro o cerámica.

En nuestra tradición es muy popular realizar el signo de la cruz en el aire, con el recipiente que echa el humo al empezar la limpieza y al entrar en cada habitación. Puede ser una superstición o un modo de pedir las bendiciones y la ayuda de la luz. En cualquier caso, no está de más recoger la idea y haciendo o no la cruz, encomendarnos a la luz o solicitar la ayuda de la divinidad o de las fuerzas benéficas y protectoras en las que creamos. Pedir la ayuda de los seres divinos o de las energías positivas y la luz puede ser muy propicio también al comienzo de cualquier otro tipo de limpieza energética.

Una vez que el carboncillo haya chisporroteado se coloca en el recipiente y se echa sobre él el incienso o la fórmula de hierbas escogida para la ocasión. Hay muchos inciensos y fórmulas ya preparadas para hacer limpiezas que pueden adquirirse; aunque también pueden ser elaboradas siguiendo las recetas tradicionales; algunas muestras de éstas son las siguientes mezclas:

- El enebro, el romero, el perejil, la artemisa, la ruda, la sal gorda y la sal fina se considera una fórmula muy eficaz para hacer una limpieza a fondo;

- La arenaria, la rompepiedra y la pimienta es adecuada para quemar cuando hay bloqueos y obstrucciones;

- El café molido, el cedro, el romero, la salvia y el tomillo, que al ser quemados, desprenden un humo que resulta un excelente protector;

- Tres cucharadas de hojas de olivo secas, una cucharada de romero y una cucharadita de bolas de incienso puro se emplea para eliminar lo negativo;

- La angélica es una hierba muy empleada en las quemas de limpieza energética y puede mezclarse con romero e incienso o incluso con bayas de enebro.

Las limpiezas personales

Tras hacer una limpieza a fondo o una limpieza de mantenimiento resulta a veces muy necesario y otras muy deseable proceder al aseo personal, y esto mismo ocurre cuando hacemos limpiezas energéticas. Tras finalizar una limpieza energética en un espacio, resultará muy grato proceder a la nuestra propia. Pero también puede proporcionarnos gran alivio, cuando nos sintamos muy cargados o como sucios y sin brillo más allá de la percepción física. También resultará muy gratificante dedicarnos una limpieza energética, tras haber permanecido en lugares muy perturbados o donde se destila mucha agresividad, sufrimiento físico o mental. Del mismo modo, una limpieza energética puede resultarnos muy beneficiosa tras haber interaccionado con personas que nos han provocado dolor de cabeza, mucha angustia o un miedo poco razonable. Para estos casos, por lo general, bastará con realizar la limpieza energética una sola vez.

Además se pueden tomar baños o duchas de limpieza energética personal cuando estemos atravesando períodos desconcertantes en nuestra vida, con ansiedad, miedos injustificados o angustia; y cuando deseamos emprender nuevas etapas o proyectos. En estos casos es conveniente hacer la limpieza de una forma continuada durante un período de nueve días.



La ducha de limpieza energética

Antes de proceder a una ducha de limpieza energética es conveniente, igual que al efectuar la limpieza energética de un espacio, llevar a cabo una limpieza física, que puede coincidir con nuestro momento de aseo habitual. Las duchas energéticas se realizan vertiendo el líquido de la fórmula de limpieza escogida, desde la cabeza hasta los pies, como si se tratara de un último enjuague tras la ducha o el baño cotidiano.
Por lo general, es mejor cerrar los ojos al volcar el líquido sobre la cabeza, porque algunos componentes de las fórmulas son ácidos o salados. Después de verter el líquido debemos envolvernos con una toalla, para que nos seque, pero sin frotarnos, y la echaremos a lavar después. Una fórmula casera muy eficaz para hacer duchas de limpieza energética consiste en hervir agua con un limón sin pelar y troceado, un ajo sin pelar y al que se le han realizado un corte y una taza de ruda seca o fresca. Y dejar reposar treinta minutos, después se filtra para obtener un líquido que dice la tradición que tiene grandes efectos purificadores y
protectores.

Otra fórmula semejante es la compuesta por una cucharada sopera de ruda, dos cucharadas soperas de albahaca, un puñadito de sal gorda y tres dientes de ajo sin pelar, con un corte cada uno. Si la ducha de limpieza energética se realiza por un período de nueve días, resultará muy gratificante agregar a la fórmula escogida los pétalos de nueve flores blancas, el último día de limpieza, y tras verter el agua, proceder a pisar los tallos verdes de las mismas.

El baño de limpieza energética

También se puede realizar una limpieza energética por inmersión en un baño. Un baño muy purificador consiste en agregar al agua de la bañera un litro de agua de mar y pétalos de nueve flores blancas. Si el agua del mar no es factible de conseguir entonces hay que escoger alguna fórmula. Una fórmula muy efectiva de limpieza y protección, consiste en poner en el agua de la bañera un puñadito de sal marina o de sal gorda yodada, un vaso de agua de colonia y una cucharada de cáscara de huevo blanco molido. Otras posibilidades nos ofrecen la infusión de ruda, angélica, romero, albahaca, comino, artemisa y enebro, junto con una clara de huevo sin batir, o la infusión de ruda y poleo, añadiéndole un puñado de sal gorda marina o yodada, unas hojas de laurel y los pétalos de nueve flores blancas; en ambos casos, mezclados con el agua de la bañera. En el caso de que los baños de limpieza se realicen por un período de nueve días seguidos, entonces el componente floral de las fórmulas sólo será necesario el último día de la purificación; y tras el baño, se pueden pisar los tallos de las flores empleadas.

La limpieza energética personal con visualización

Las limpiezas energéticas personales también pueden llevarse a cabo con visualizaciones. Éstas son muy útiles, sobre todo, cuando sentimos que nos hemos cargado con energía tensionada o hemos permanecido en ambientes donde la energía estaba perturbada o nos hacía sentir incómodos. Existen muchas técnicas para hacer limpiezas con visualización. Un método muy fácil consiste en imaginar un chorro de luz, amor y sabiduría que cae sobre la cabeza como una cascada de agua pura y un río bajo los pies que se lleva cualquier tipo de perturbación que sintamos, como la tensión, el estrés, los pensamientos negativos, la duda, la confusión, el miedo, el enfado, la frustración, el nerviosismo... en forma de mucosidades oscuras. La luz va cayendo con fuerza por todas las partes del cuerpo y despegando la energía perturbada que resbala hasta caer al río y la corriente la disuelve. Después se agradece a esta luz que nos haya liberado de la negatividad.

Las limpiezas parciales o de mantenimiento

Ya que el tipo de suciedad para la que están indicadas estas limpiezas no puede verse, aunque algunas personas pueden sentirlo o vibrarlo con cierta facilidad, podemos recurrir a diversos métodos para determinar la necesidad de efectuar una limpieza. Un modo de diagnosticar la necesidad de una limpieza es a través del biómetro de Bovis. Si la medida de la vibración de un espacio es baja, una limpieza puede estar indicada, pero la baja vibración también puede deberse a otros factores como corrientes telúricas u otro tipo de perturbaciones, por lo que habrá que asegurarse que la debilidad energética de un lugar no se debe a otras condiciones relacionadas con aspectos más físicos o materiales, que las que se pretenden resolver con las limpiezas energéticas.

Otro modo de detección de la presencia de suciedad energética es a través de la radiestesia, con el empleo de un péndulo y una batería de preguntas. Pero para ello hace falta saber utilizar la técnica del péndulo. Así que el modo más sencillo y asequible es observar los acontecimientos producidos en la casa y recurrir a hacer una limpieza, cuando se entienda que está cargada de tensiones, de estrés, de sufrimiento, de desacuerdos, de pensamientos, de gestos o de palabras negativas. Tradicionalmente, también se recurre a observar la cristalización de la sal para comprobar si ya va haciendo falta una limpieza. Para ello se coloca un platillo o cuenco de porcelana o loza con sal fina y un poco de agua, se deja en reposo por un período máximo de una semana, y se observa el modo en que ha cristalizado la sal. Si la cristalización es irregular entonces sabremos que hace falta limpiar. La sal utilizada para este propósito es mejor quemarla o
enterrarla en el campo, incluso tirarla por el inodoro, pero no debe ser arrojada a la basura. El platillo o cuenco debe lavarse, dejando que el agua corriente se deslice por él durante un rato. Es mejor reservar este recipiente para este uso o similares y no utilizarlo para contener alimentos. Otro método es utilizar un vaso o copa de cristal transparente sin estrenar, en el que después de haberlo enjuagado se ponen a partes iguales agua, sal fina y vinagre blanco. Al cabo de una semana se procede a observar el líquido. Si se ha oscurecid o contiene burbujas como si estuviera hirviendo indica que hace falta una limpieza.

Fórmula para fregar el suelo

Esta fórmula puede ser empleada tanto para realizar limpiezas de mantenimiento, como después de una discusión fuerte, de tensiones familiares, de procesos de enfermedad o cuando se ha creado un ambiente enrarecido. Consiste en poner agua fría en un cubo al que se le añade una clara de huevo blanco sin batir y unos cuantos cubitos de hielo. Con la ayuda de una fregona se limpia toda la casa con este líquido, empezando como en todas las limpiezas por la habitación más lejana a la puerta y terminando en ésta. El agua se tira por el inodoro y el cubo y el mocho se aclaran con abundante agua, mejor si pueden ponerse un rato debajo del chorro de un grifo o una manguera. Al día siguiente, si se quiere reforzar la limpieza energética, se puede volver a fregar la casa simplemente con agua, a la que se le agrega un chorro de vinagre blanco. Esta fórmula puede utilizarse tan a menudo como se considere necesario.

El método bagua de las Nueve Estrellas

Este método se emplea en feng-shui para ajustar y activar el chi y eliminar la mala suerte. Se trata de un sistema yi de purificación de la casa, para cambiar la vibración y transformar las energías. Está basado en el bagua, y sigue los ocho trigramas en una secuencia particular. En primer lugar se requiere realizar una meditación que calme la mente, como el sutra del corazón, pero se puede utilizar cualquier técnica de relajación que apacigüe y vacíe nuestra mente de las preocupaciones cotidianas. Después se invitan a los seres divinos afines a nuestras creencias o a la luz, el amor y la sabiduría universal para que nos acompañen en este procedimiento. Se pueden realizar oraciones, mantras o cánticos devocionales mientras se efectúa esta transformación energética de la casa, a través de un recorrido imaginario o físico. En este recorrido se puede proceder a realizar visualmente una limpieza sutil de nuestro entorno, a través de la transformación de la contaminación energética negativa de los espacios, por medio del poder de la luz, las oraciones,
las afirmaciones o los mantras, de tal modo que los espacios quedan regenerados y revitalizados tras su
transformación vibracional. Este método trata de llevar la energía de la meditación, el de las fuerzas benéficas invocadas y las oraciones, mantras o cánticos a todos los rincones de la casa utilizando el mapa bagua, según la secuencia de las Nueve Estrellas. Así, primero se localiza la zona trueno, que simboliza la vida y los nuevos comienzos, y desde ahí se recorre el resto de la casa siguiendo el trazado de las estrellas; es decir, del trigrama chen a sun, de sun al centro, del centro a chien, de chien a tu¡, de tui a ken, de ken a li de li a kan y de kan a kun, para transformar la negatividad e inundarlas de bendiciones. El recorrido puede hacerse pensando en los aspectos de la vida que cada sector del mapa bagua representa, reflexionando acerca del estado en que se encuentra cada área de nuestra vida, y haciendo extensible también a ellas la transformación energética que estamos realizando. Entonces el poder de este método nos reportará sus máximos beneficios.

La limpieza de objetos antiguos y cuarzos

Las antigüedades y las joyas pueden estar cargadas con el chi de los antiguos propietarios y la memoria histórica sutil de los sucesos acontecidos en su presencia o relacionados con ellos. Por lo que resulta muy adecuado, antes de adquirirlo, tratar de observar qué tipo de sensaciones nos provoca, más allá de la estética y el deseo de poseerlo. Un
modo muy fácil de percibir el chi de un objeto es ponerle la mano encima y silenciarse por un momento, es decir, vaciarse de pensamientos para poder escuchar el mensaje que contiene y sentir las buenas o malas vibraciones que nos llegan de él. Si lo que nos llega no es muy positivo y ya tenemos el objeto en nuestro entorno, entonces será preciso y muy conveniente limpiarlo energéticamente. La limpieza de objetos puede realizarse con aguas alquímicas, que pueden ser adquiridas en establecimientos o ferias esotéricas, con la aplicación de humos o de pulverizaciones.

También es posible limpiarlos de las vibraciones negativas colocando, debajo de ellos, un plato lleno de sal durante siete días. Al final del día hay que volver a observar lo que nos transmite, y si aún hace falta seguir limpiando se puede repetir el método, pero siempre por períodos de siete días. Con este método hay que tener cuidado de que no haya demasiada sal en los entornos donde se mueven los residentes, por lo que lo ideal es retirar el objeto a una habitación de poco uso, mientras se lleva a cabo esta limpieza. Las joyas antiguas requieren ser limpiadas, a menos que se desee experimentar la carga energética de su historia. En general, conviene limpiar todas las gemas y minerales, antes de utilizarlas personalmente o introducirlas en nuestros entornos.

Prevenir

Dice el saber popular, que las ristras de ajos son excelentes protectoras, para evitar la presencia de seres invisibles perturbadores y energías sutiles desfavorables. Al laurel también se le atribuyen estas bondades, pero hay que tener en cuenta que cuando se utilizan especias y alimentos con fines protectores o limpiadores no deben ser ingeridos después. Hay un conjuro mágico, de origen popular, que evita la entrada en casa a las tensiones y malas vibraciones que se hayan podido coger en el exterior; consiste en decir una frase, ya
sea verbal o mentalmente: «El mal de fuera, que no entre dentro», antes de atravesar el umbral de la casa. Tras decirla se sacuden los pies, para simbolizar que se deja atrás el polvo recogido, y se entra en casa. El tradicional muérdago que se suele colgar por Navidad, en el vestíbulo de la puerta de entrada, simboliza el amor, la paz y la reconciliación, y constituye un protector que invita a dejar fuera los desacuerdos y las tensiones. Quizá la costumbre de mantener el muérdago colgado durante el resto del año, hasta su reemplazo en la siguiente festividad navideña, responde a una memoria ancestral sobre la necesidad de mantener protegida la entrada de la casa de las
energías perturbadoras y el sha chi.


http://www.elbaulmagico.net/fslalimpiezaypurificacionenergetica3.htm

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